Título: Es la palma sin olivos.
Género: Serie de fotografías
Dimensiones: Variable
Materiales: Teléfono celular
Breve descripción de artista: Lo que se vuelve parte de mi, en un ejercicio de eliminar prejuicios y desacreditar a las voces que siguen perpetuando persecuciones a les usuarios de cannabis, después de todo, consumir marihuana es un acto político y hacerlo visible puede lograr un tejido de contención y pienso para enfrentar al absurdo mercado del narcotráfico que tiene a sus abogados en los cargos más representativos del gobierno. Me reconozco con una hierba que se pica y lía en la palma de mi mano, localizando formas de erradicar toda violencia que construyó en mí, la palma y el olivo de una nación con los derechos
humanos enterrados.
Género: Serie de fotografías
Dimensiones: Variable
Materiales: Teléfono celular
Breve descripción de artista: Lo que se vuelve parte de mi, en un ejercicio de eliminar prejuicios y desacreditar a las voces que siguen perpetuando persecuciones a les usuarios de cannabis, después de todo, consumir marihuana es un acto político y hacerlo visible puede lograr un tejido de contención y pienso para enfrentar al absurdo mercado del narcotráfico que tiene a sus abogados en los cargos más representativos del gobierno. Me reconozco con una hierba que se pica y lía en la palma de mi mano, localizando formas de erradicar toda violencia que construyó en mí, la palma y el olivo de una nación con los derechos
humanos enterrados.
Texto de Ludmila Centurión
Las manos sostienen y contienen, protegen, esconden, pelean y hasta pacifican. Lo que cabe en una palma de la mano lo portamos a veces para compartir por lo menos un pedazo de quienes somos. Y cuánto se oculta dentro de una mano.
Un cigarrillo de marihuana a veces entero, a veces a medias, casi cabe en la palma de una mano, soportando el escondite. Protegiendo la necesidad de existir y subsistir, respirando un poco, al menos, en una burbuja de aire que te desconecte del aquí y el ahora, de tanta realidad absurda, que te libere del aire intoxicado que abunda ahí afuera.
El efecto del cigarrillo radiografiado que desnuda el interior, lo que oculta usualmente la mano, pero lo que muestra también, en este caso. La piel azulada y fría, porque es el fuego el que le da vida al escape, aunque sea efímero.
Un cigarrillo de marihuana a veces entero, a veces a medias, casi cabe en la palma de una mano, soportando el escondite. Protegiendo la necesidad de existir y subsistir, respirando un poco, al menos, en una burbuja de aire que te desconecte del aquí y el ahora, de tanta realidad absurda, que te libere del aire intoxicado que abunda ahí afuera.
El efecto del cigarrillo radiografiado que desnuda el interior, lo que oculta usualmente la mano, pero lo que muestra también, en este caso. La piel azulada y fría, porque es el fuego el que le da vida al escape, aunque sea efímero.
