Título: Contar hasta 0 Género: Video arte Dimensiones: 6 minutos Materiales: Video Breve descripción: Un objeto deja de ser sólo un objeto cuando le cargamos emocionalmente recuerdos, vivencias, afectos. Me sentí afectada cuando alguien rompió un bowl de cerámica que compré cuando me mudé a vivir sola, esa persona intentó tirarlo a la basura, ignorando el valor sentimental que el mismo posee para mí, y heme aquí intentando darle una segunda oportunidad. Tratando de volverle a la vida con paciencia, algo que muchas veces no me sobra, sobre todo en estos tiempos.
Un objeto puede producir afecto en una persona. Ese sentimiento que se produce no solamente por los seres vivos, sino también por ciertos materiales que nos rodean. Pero podríamos tomar la palabra afecto no solo desde el punto de vista del cariño, sino que se podría decir que los objetos también nos afectan. Es decir, que estos elementos intervienen en nuestras vidas y producen emociones, sensaciones y sentimientos que pueden tomar forma material a través de ellos.
Me atrevería a tomar por prestado la idea de “afecto” que propone Suely Rolnik, a partir de las ideas desarrolladas por Gilles Deleuze y Felix Guattari. Esta idea de afecto es distinta a la idea relacionada con el cariño y la ternura. En palabras de la mencionada autora: “No se trata aquí de una emoción psicológica sino de una “emoción vital,” que puede ser contemplada mediante el sentido del verbo afectar: tocar, perturbar, sacudir” (Rolnik, 2018, p. 47).
De esta manera, se podría decir que, en el caso de la obra de Ludmila, a partir de un acontecimiento negativo, se abre una nueva posibilidad. La ruptura del objeto “afecta” a la artista, abriendo la posibilidad de crear algo nuevo o distinto a partir del objeto partido, roto, multiplicado.
Ludmila intenta recomponer o recrear un objeto que, al fragmentarse, produce un afecto, una alteración en su forma, interviniendo su forma original y las circunstancias que la rodean. El objeto al romperse se multiplica, produce una variación. La obra entonces sería ese acontecimiento, la experiencia de intervenir el objeto, recrearla o reinventarla a partir de las circunstancias. Que es exactamente lo que ocurre actualmente en nuestras vidas, a partir de la pandemia del coronavirus que ha producido una ruptura en nuestra cotidianidad. Este quiebre ha generado un fuerte impacto en nuestras vidas en todos los niveles, tanto económicos, sociales, ambientales y también personales.
El objeto, en este caso, para la artista, recuerda una ausencia. Una ausencia que toma forma a través del objeto. La ruptura accidental de este objeto, que poseía un valor inmaterial, produce un efecto en su realidad, la desestabiliza. A partir de esta ruptura se produce un antes y un después.
Este artefacto nunca volverá a ser igual. Sin embargo, a partir de este acontecimiento también se han multiplicado las posibilidades de creación. El objeto como era al principio ya no existe, pero persiste y se multiplica en significados a través de la recreación de la artista. A partir de esta experiencia de ruptura y reparación, Ludmila intenta crear una respuesta para la realidad que la afecta. Se podría decir entonces que el valor de la obra radica en el intento de reparación y re significación de una realidad que la afecta. Esta situación le ha dado la posibilidad de crear nuevos significados a través de la experiencia vivida.