Título: Enloquecer Género: Instalación Dimensiones: Más o menos como el tamaño de tu cabeza Materiales: Cráneo humano real con una luz naranja por dentro Breve descripción: El tema que recorre esta obra es el precio que por el progreso ha de pasar el género humano; el sacrificio de una vida instintiva con sus marcas de satisfacciones sustitutivas, represión a la naturalidad de ser espontáneo, la inserción de un sentimiento de culpa. Según Sigmund Freud, los miembros de una sociedad imponen sus normas -en forma de conciencia moral- en contra de las pulsaciones agresivas del hombre, recortando la posibilidad de felicidad individual.
Los huesos, eso que queda como último material físico de algunos seres vivos. Los mismos guardan mucha información sobre aspectos de la vida pasada del difuntx, del ambiente que rodea a la sepultura, de los tiempos.
Muchas ciencias centran sus estudios en decodificar datos mediante el estudio de restos óseos. En culturas antiguas y aun en la contemporánea hay construcciones simbólicas que entre lo místico, religioso, filosófico configuran la cosmovisión en torno a la adoración, apego sentimental, poderes mágicos, modos de preservación de esos huesos de ahí nos lleva por terrenos del pensamiento sobre nuestra propia existencia.
Es en reflexión sobre la existencia que el artista Elvis Gauto va indagando, recurriendo a la osamenta como dispositivo para despertar atención, configurar hipótesis, hilar metáforas sobre la forma de accionar sobre nuestro entorno.
Confecciona a partir de cráneos un cuerpo híbrido animal/hombre, una sinergia montada que se ilumina con una luz eléctrica desde el interior...
La osamenta ya no parece inerte, es feroz, adquiere otra sensibilidad, otra intencionalidad. El sentido de reconfigurar restos que plantea remite a la dualidad vida/muerte pero que dentro de todo augura claridad que rebasa y se expande a diferentes partes, en cierto modo trasciende simbólicamente y se libera transmutando su identidad.
La luz emana desde lo inerte, es energía que invade e ilumina, en el sentido espiritual la iluminación transforma y es esperanzadora.
Es momento tal vez de reubicarnos, rearmar conceptos y paradigmas que vayan mutando nuestra misma concepción sobre aspectos de nuestra vida, que arrojen luz y lleven a reinventarnos en mil formas. La luz que tal vez sea el aura de la esperanza intacta de los que una vez habitaron esos huesos.
Este ser creado capaz nos insta a explorar nuevas ideas sobre nuestra interrelación con los demás, con la naturaleza, con nosotros mismos; partiendo desde lo que la palabra hibridar conlleva. Lo cooperativo, lo que se puede enlazará otro para conseguir mejores resoluciones, un cruce de modos de pensar, de modos de trabajo para unir y lograr desde esa idea un porvenir más llevadero.